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BARRIO DE ROCES
BARRIO DE ROCES<=
span
class=3DMsoHyperlink>
Datos de:=
www.vivirasturias.com/asturias/turismo-rural/3222/6749/0=
/barrio-de-roces/index.html
«Roces=
(San
Julián). Feligresía en la Provincia y Diócesis de Ovie=
do
(3 1/2 leguas), partido judicial y Ayuntamiento de Gijón (1/2 legua).
Produce: trigo, maíz y habas; hay ganado vacuno. Población: 51
vecinos, 246 almas» (Pascual Madoz:
«Diccionario Geográfico-Estadístico de España y =
sus
posesiones en Ultramar», Madrid, 1850).
Torres y cas=
onas
Alguien que =
no
visite Roces desde hace tiempo lo encontrará muy cambiado. Las obras=
que
tuvieron lugar con motivo de la Ronda Sur marcaron la estructura de la
parroquia, cambiando caminos y derribando lugares simbólicos, como l=
os
merenderos El Caserío y La Parra, este último junto a Casa Sindo. De Casa Sindo habl=
aba
Alfonso Camín [novelista y poeta
gijonés nacido en el barrio de Roces] en sus obras, y mal podí=
;a
imaginar el poeta que Roces llegara a encontrarse, desde finales del siglo =
XX,
dividido en dos partes: Roces Norte y Roces Sur, ocupado, en parte, por
polígonos industriales.<=
/span>
Roces tiene =
nueve
núcleos de población: La Nozaleda=
, La
Braña, Los Caleros, Contrueces, La Fana,=
La
Iglesia, La Perdiz, Recuesto y Valles. Cuenta con la iglesia de San
Julián, que, según vemos en una placa en su fachada, data de
1762, y con dos mansiones importantes: una, la de los duques de Riansares, con gran extensión de prados y mucho
arbolado, situada en El Recuesto, más allá de la Ronda Sur, y=
a en
el límite con Mareo; la otra, la casona llamada Flor de Lis, de los
marqueses de Vista Alegre, situada en el barrio de La =
Nozaleda,
cerca del cruce de la carretera del Obispo con el camino carbonero. En La <=
span
class=3DSpellE>Nozaleda, también, está el torreó=
;n
defensivo de los Menéndez Valdés, =
de
fines del siglo XVI, bien visible desde toda la zona, y en el barrio de La
Iglesia, frente a la parroquial de San Julián, hay restos de otra to=
rre,
la torre de los Valdés, del siglo XVII.
De la
quinta-residencia de los duques de Riansares, l=
lamada
El Recuestu, se conservan en el Archivo Municip=
al de
Gijón varias fotografías. En la actualidad, la visión =
de
la casa central no es posible desde la entrada de la finca, sino desde dive=
rsos
puntos de la carretera que nos conduce a ella, dándonos apenas una
somera idea de la magnitud del conjunto.<=
/span>
Alfonso Camín nos dejó hermosas descripciones de
Roces, de sus casonas y de sus «casinas». Roces también =
tuvo
su pintor: Manuel Medina Díaz, conocido como «el pintor de
Roces», a quien Fabriciano González
[«Fabricio», cronista oficial de la villa de Gijón desde
1943 hasta 1950] dedicó un soneto incluido en «Munchu
güeyu con la xente de
casa»; murió el pintor en «su Roces» el 15 de ener=
o de
1955.
No menos bel=
las
impresiones sobre el lugar dejó Pedro Hurlé Manso, que
recorrió, con su hijo José Ignacio y su amigo Luis
Merediz, muchas parroquias de Gijón
anotándolo todo y legando sus impresiones a las generaciones
posteriores. Hurlé y sus acompañantes a mediados de la
década de 1940 comienzan su caminata por Roces y Contrueces en el lu=
gar
donde estaba la fábrica de Orueta, donde=
hoy
comienzan las carreteras Carbonera y del Obispo, y siguiendo esta úl=
tima
llegan al santuario y al antiguo palacio de los Obispos de Oviedo que los R=
uiz
Gómez habían adquirido en 1853, con la desamortización=
y a
la casa señorial de San Andrés de Cornel=
lana.
Luego van caminando desde Contrueces a Roces hasta la torre de
los Menéndez Valdés, situada en un alto que mira a Porceyo, y que aún se ve allí. Para ir =
hoy
hasta ella debemos tomar, en la carretera Carbonera, la desviación h=
acia
la derecha que nos conduce a La Nozaleda, justo
enfrente a la terminación de la carretera del Obispo. Tras pasar ante
las mansiones Flor de Lis y Parque Celeste, llegamos a la torre, al borde d=
e la
Ronda Sur.<=
/p>
Despué=
;s,
los excursionistas regresan a la carretera Carbonera pasando a la vera de l=
os
muros de la finca Parque Celeste, propiedad «no hace muchos
años» según dice Hurlé de Matías
Álvarez Tejera, y contemplan en su fachada unos escudos procedentes =
de
las capillas de La Barquera y del Carmen, propiedades ambas de los
Álvarez Tejera y derribadas un poco antes de finalizar el siglo XIX.
Aunque los Álvarez Tejera sostenía=
n esa
procedencia de los escudos, Hurlé muestra sus dudas al respecto. Par=
que
Celeste aún existe; situada un poco antes de llegar a la torre, el
nombre de la finca se distingue grabado en un muro, aunque los escudos cita=
dos
ya desaparecieron.<=
/p>
Siguiendo el
«Paseo por Roces», a pocos pasos de Parque Celeste, ya muy cerc=
a de
la carretera Carbonera, los excursionistas encuentran Flor de Lis, antiguo
palacio del marqués de Vista Alegre y barón de la Vega de Rubianes. Hurlé nos describe la belleza de la =
casa,
de los jardines y de la capilla privada, del aljibe que distribuía el
agua para riego y de la puerta con la verja de hierro, y en ella el nombre =
de
la finca. Hoy podemos ver esa hermosa casa ya sin su nombre colocado sobre =
la
puerta, pero sí con su palmera y el pequeño edificio que fue =
en
tiempos capilla particular. Siguiendo la Carbonera, los viajeros van a la
iglesia de San Julián, que «destruida durante la época =
roja
no conserva nada de interés», y, cerca de ella, a la torre que=
fue
casa de Pedro de Valdés. La iglesia de San Julián, situada en=
un
hermoso entorno y con un pequeño cementerio anexo, tiene en una de s=
us
fachadas laterales la leyenda «Hízose
esta iglesia en el año de gracia de 1762», y si caminamos unos
pocos metros frente a su fachada principal, nos encontraremos con la torre =
de
Pedro Valdés (conocida como El Palacio), comprobando que conserva su
prestancia y que, habitada, tiene varios edificios a ella adosados.<=
/a>
El poblado de
Nuestra Señora de Covadonga
Las casas del
poblado llamado Nuestra Señora de Covadonga de Roces se construyeron=
en
un lugar muy bien comunicado (entre la avenida a Oviedo y la carretera
Carbonera), cerca de los depósitos de agua y de una línea de =
alta
tensión. El poblado de Roces comenzó a levantarse hacia 1953,
cuando se construyeron 20 bloques con 160 viviendas, aunque estaban previst=
as
bastantes más, pues la idea era hacer una ciudad satélite de
1.000 viviendas.<=
/p>
En 1955 se
levantaron otros bloques en Roces, esta vez de tres y cuatro plantas, hasta=
un total
de 420 viviendas protegidas, con el aspecto umbrío que solían
tener este tipo de casas, de fachada enlucida con cal y arena. Más
tarde, en 1959, tomaron cuerpo 17 nuevos bloques de tres plantas con un
tratamiento exterior más digno, y al año siguiente, cinco blo=
ques
con las mismas características. Estas dos últimas actuaciones
fueron producto de una entidad benéfica llamada Banco del Pobre;
tuvieron como arquitecto a Miguel Díaz Negrete y estaban acogidas a =
la
Ley de Viviendas de Renta Limitada. El modelo de vivienda obrera empleado f=
ue
el que las nuevas autoridades consideraron, a partir de 1939, como má=
;s
apto para garantizar la luz y la buena ventilación de los
«productores»: bloques separados por patios y jardines, alejado=
del
clásico modelo de casa unida a la siguiente formando calles que
abundó en otras partes de Gijón.
Con el paso =
de los
años las viviendas llegaron a 800. Roces tuvo la primera biblioteca
pública municipal de Gijón, que lleva el nombre de Alfonso Camín, y un cine, hoy convertido en saló=
;n de
actos del colegio del barrio, que también lleva el nombre del poeta.=
Los nombres =
de las
calles de Roces, siempre de oficios, están rotulados en unas placas
callejeras muy llamativas, compuestas de azulejos de Talavera, obra del
ceramista Juan Ruiz de Luna, que también es autor de algunas otras q=
ue
aún se conservan en el centro de Gijón.
Paseando por=
el
entorno urbano de Roces vemos todos estos edificios agrupados siempre en
hileras paralelas entre sí, con jardines que sirven de unión =
y al
borde de la actual avenida de Salvador Allende. También lleva el nom=
bre
de quien fuera presidente chileno el parque anexo, presidido por un llamati=
vo
busto de Salvador Allende, obra de la artista Mónica Bunster
e instalado en mayo de 1999. Anteriormente esta vía se llamó
General Esteban Infantes (quien fuera jefe de la División Azul), y a=
ntes
aún, Ronda de la Constructora, en referencia a la sociedad que
levantó el barrio de Nuestra Señora de Covadonga, aunque en
principio se había previsto llamar avenida de Julio Paquet,
empresario, concejal y diplomático promotor del conjunto, quien se
negó enérgicamente a ello.<=
/span>
En el Archivo
Municipal de Gijón se conserva una muy abundante documentació=
n de
este poblado de Nuestra Señora de Covadonga, cedida por la empresa <=
span
class=3DSpellE>Paquet en agosto de 1998.
Los Caleros<=
/span>
En el camino=
de
Los Caleros, en Roces, el Patronato Laboral Francisco Franco levantó=
, en
1953, un grupo de casitas unifamiliares bien aisladas del resto de la
población, pero que en la actualidad están prácticamen=
te
unidas a Montevil. Se trataba de dar alojamient=
o a
familias de asalariados con la misma doctrina que la empleada por el
régimen franquista en parte de La Camocha, en Santa Bárbara o=
en
el grupo Eloy Yenes en Viesques, es decir, fome=
ntar
la dispersión y la ruralización d=
el
nuevo ciudadano que venía a Gijón para trabajar en la industr=
ia
desde las aldeas cercanas o desde distintos lugares del país. Este t=
ipo
de colonias siempre estaba en la periferia, con pequeños huertos ane=
xos
que pretendían que el nuevo obrero industrial no olvidara su reciente
pasado. En el caso de Los Caleros se trata de cuarenta casas de una planta,
dispuestas en filas, con unas calles interiores. Cada casa tiene 56 metros
cuadrados distribuidos en tres dormitorios, una sala, baño y cocina.=
El nombre de=
Los
Caleros se debe a unos antiguos hornos de cal que allí funcionaron; =
uno
de sus viables sigue llevando el nombre de camino del Horno. En la actualid=
ad
el conjunto tiene, por un lado, la amplia zona verde que limita con Montevil Este, y, por el otro, la Urbanización=
Las
Lomas, cuyas viviendas adosadas no constituyen una excepción en Roce=
s.
En el barrio existen cuatro urbanizaciones de chal&eac=
ute;s
adosados, todos edificados a comienzos de la década de 1990, que sup=
onen
medio centenar de vivienda s.<=
/span>
Fuente: &laq=
uo;Los
barrios del Sur», libro editado por el Ayuntamiento de Gijón
(julio del año 2002), con texto general de Luis=
Miguel Piñera Entri=
algo
y textos sobre espacios verdes de Francisco Javier Granda Álvare.